El nervio llegó a mi panza

La última vez que escribí llevaba una semana en ese pupitre, al día de hoy llevo 7 meses de asistir diariamente a ese lugar, que me da sin duda alguna felicidad, tranquilidad, nervio, alegría, retos, desempeño y me sigue rellenando horas de las que quiero que sean así.
He tenido muchas risas, pocos son los días que no me salen lágrimas causadas por una carcajada a boca abierta, me llena y me siento complementada.
Y mañana retomo la maestría con tristeza, desesperación, angustia y poca gana. Me rehuso a regresar a algo después de 3 meses de libertad y felicidad. Pero como siempre he sabido todo tiene una fecha de caducidad y mi verano hoy venció.
En este tiempo que no he ido a una aula universitaria fui a México, regresé a mi país y a mis raíces que tanto trato de mantener. Lloré y mucho unos días antes de tomar el avión tenía una extraña mezcla de melancolía con una pizca de incertidumbre y de miedo. Volvía a Mini, volvía a mis amigos y volvía a la ciudad que me vio crecer y que dejé atrás y tanto promociono aquí. Fueron días de diversión, de alegrías, de comidas, desvelos y encuentros. Hoy lo echo de menos y quisiera volver pronto, pero aún  no tengo fecha para volver a tomar el avión...Regresando me fui a la playa con mis hermanos

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